La disrupción que el mundo ha sufrido en 2020 ha mostrado que la acuicultura es una parte esencial del futuro.
7 de enero de 2021. El año 2020 ha puesto patas arriba a la humanidad. Desde el pasado mes de marzo la pandemia por coronavirus ha arrastrado tras de si, como un tsunami, a la sociedad y a la economía de todos los países del globo, sin excepción. Solo gracias a la meritoria resiliencia de la sociedad, a las políticas monetarias de los bancos centrales y a los avances científicos para la consecución de vacunas contra el virus se ha evitado hasta el momento una catástrofe total. Sin embargo, la incertidumbre sobre la situación general (sanitaria, económica y social) se mantiene y el escenario continúa siendo inestable y de gran preocupación.
El sector español de la acuicultura no ha sido, por supuesto, ajeno a ello. Desde un primer momento la Unión Europea y el Gobierno de España tuvieron claro que, inmediatamente tras la defensa de la salud pública, debía garantizarse a toda costa el aprovisionamiento de alimentos a la sociedad como algo esencial. En este sentido la producción en España de alimentos de origen acuático mediante acuicultura tuvo la consideración de sector esencial y la totalidad de las empresas españolas de acuicultura se mantuvieron activas. Sin embargo, las complicaciones operativas y la volatilidad de los mercados han sido retos difíciles de superar. Con las sucesivas olas de la crisis sanitaria el canal horeca ha continuado básicamente inactivo, extinguiéndose la leve recuperación experimentada durante la temporada estival. Especialmente, ha quedado apagada la parte de horeca dependiente del turismo y esto ha tenido un impacto grave sobre el sector de la acuicultura. Por el contrario, las ventas al canal minorista han continuado siendo dinámicas, absorbiendo incluso parte de las ventas que solían encauzarse por horeca. La capacidad de adaptación de muchas empresas de acuicultura, redirigiendo sus ventas de horeca ahora hacia el canal minorista, ha demostrado ser esencial para la supervivencia de este sector. Por otra parte, se sigue observando una tendencia ascendente en la comercialización de pescado elaborado (sobre todo fileteado). La logística del transporte de pescado (tanto para el mercado, como en vivo) se ha ido recuperando de los cierres iniciales en primavera, excepto en los casos de fletes aéreos donde la disminución en el número de vuelos sigue impactando sobre su coste y disponibilidad.
Las diferentes especies de pescado de acuicultura han venido sufriendo el impacto de la crisis de manera dispar en sus precios. Los precios de primera venta (del acuicultor a su primer cliente) han caído en todos los casos, pero son especialmente bajos en el caso de la dorada debido a importaciones masivas a precios muy bajos desde Turquía y Grecia, y al del salmón de noruega que afecta directamente al de la trucha arco iris cultivada en España.
En los últimos meses de 2020 las Consejerías de Pesca de las Comunidades Autónomas comenzaron a publicar convocatorias de ayudas extraordinarias del FEMP (artículo 55: Medidas de salud pública) otorgando capital circulante y compensaciones a los acuicultores para paliar parcialmente las consecuencias de la Covid-19. En general, las condiciones de elegibilidad para acceder a estas ayudas pueden considerarse razonables pero el monto de las ayudas individuales es insuficiente debido a las exiguas cantidades totales de fondos puestos disponibles en las convocatorias.
A pesar de los incuestionables daños que ha dejado la pandemia de coronavirus, lo sucedido en 2020 aporta algunas lecciones que interesa reconocer. Una de ellas es la puesta en valor, nuevamente, del trabajo de los científicos impulsando el conocimiento y de la ciencia como elemento que resuelve problemas sociales tangibles. Por otra parte, la soberanía alimentaria (es decir, la suficiente disponibilidad de alimentos en cantidad, calidad y precio) vuelve a situarse alto en la agenda política, como pilar del estado de bienestar, tras casi cien años dándose por descontado, por lo menos en el mundo desarrollado. Y, por último, la solidaridad humana, que ha hecho patente que hay correas de transmisión internas en la sociedad que conectan partes que en ciertos momentos parecían independientes o libres de ataduras.
TEMPORAL GLORIA. Pero las consecuencias de la Covid-19 no han sido el único gran problema al que se ha enfrentado la acuicultura española en 2020. Debe recordarse que a finales del mes de enero de 2020 la borrasca Gloria originó un temporal de mar de una violencia inusitada, con olas y vientos inéditos, que causó destrozos severísimos en las granjas marinas basadas en viveros flotantes entre Castellón y cabo de Palos en la Región de Murcia. La recuperación de sus producciones llevará varios años y cuantiosas inversiones.
MARCO ADMINISTRATIVO DE LA ACUICULTURA. La normativa legal en el que debe desenvolverse la acuicultura sigue siendo el principal factor limitante del desarrollo de esta actividad en España. La seguridad jurídica y la previsibilidad de las autorizaciones son esenciales para incentivar la inversión privada. Sin embargo, dos cuestiones administrativas han sobresalido durante 2020.
En primer lugar, la acuicultura continental ha seguido ocupando en el orden de uso (prelación) del agua de los ríos la misma posición que los campos de golf cuando en justeza debería igualarse a las otras ganaderías o la agricultura. Esta circunstancia viene de lejos y solo ha podido corregirse en la cuenca del Guadalquivir. Para el resto de las Confederaciones Hidrográficas la acuicultura es poco más que un usuario incómodo. Sin embargo, APROMAR seguiremos perseverando en 2021 para revertir esta injusta situación.
Por otra parte, el Gobierno de España llevó al Congreso de los Diputados en mayo de 2020 un proyecto de ley para el cambio climático y la transición energética que introduce sibilinamente una modificación en el régimen concesional de la Ley de Costas que acorta sustancialmente el tiempo que una misma granja de acuicultura podrá ocupar el mar. APROMAR, junto con otras organizaciones del sector mar alimentario, nos hemos opuesto a ello y contamos con que esa referencia sea eliminada del proyecto de ley. Cuando toque hablar de las condiciones de ocupación de la costa deberá hacerse en el marco de una reforma de la Ley de Costas.
PERSPECTIVAS PARA 2021
ACUICULTURA DE ESPAÑA. El desarrollo del Plan Estratégico de Comunicación de Acuicultura (PLECA) por parte de APROMAR entrará en 2021 en su segundo año de actividad. Su objetivo es mejorar la imagen de la acuicultura española como actividad sostenible y la reputación de los productos de la acuicultura como de primer nivel. El concepto Acuicultura de España es la materialización de las sucesivas campañas del PLECA y tiene planificado un horizonte estratégico de cinco años. Uno de sus elementos centrales será la Memoria de Sostenibilidad Ambiental y Social de la acuicultura española sobre el que APROMAR ha trabajado en 2020 y que se completará y dará a conocer en 2021.
CRIANZA DE NUESTROS MARES. La marca colectiva de APROMAR, Crianza de Nuestros Mares, que cuenta ya con un importante reconocimiento en los mercados, continuará en 2021 sus campañas de promoción. Esta nueva campaña estará adaptada a las limitaciones impuestas por el coronavirus, pero continuará incluyendo acciones tanto directamente ante los consumidores como en los puntos de venta. Con este fin APROMAR continuará implicando a las empresas de la distribución comercial y a las pescaderías tradicionales en esta iniciativa. Y, dado el impulso que está tomando la venta al consumidor del pescado fresco embarquetado y procesado (fileteado), se firmarán más contratos de cadena de custodia para que empresas procesadoras terceras puedan incluir el sello de Crianza de Nuestros Mares sobre sus productos cuando comercialicen pescado previamente acreditado como tal en base al Reglamento de Uso de la marca.
CONVENIO COLECTIVO DE ACUICULTURA MARINA. El 31 de diciembre finalizó el periodo temporal previsto para el V Convenio colectivo para la acuicultura marina nacional. Aunque el acuerdo seguirá vigente hasta que se firme el siguiente convenio ya se han iniciado los contactos con los sindicatos para la negociación del que será el VI convenio nacional. No son años sencillos para la operación normal de las empresas, pero con el convenio colectivo se buscará mantener el empleo en las empresas y, a partir de ahí, ofrecer las mejores condiciones laborales posibles.